Las Emociones en la Enseñanza y Aprendizaje de las Ciencias Experimentales


1. Introducción

El enfoque emocional del aprendizaje y la enseñanza se convierte en un terreno resbaladizo si no se abordan claramente tres cuestiones relevantes: el machacón idealismo, cierto eclecticismo y la tendencia al determinismo bidireccional de las corrientes convergentes y ligadas con la filosofía innatista, constructivista o de las neurociencias. Con el término idealismo se alude a la tendencia a sobrevalorar el papel de las emociones, su capacidad de influencia en el aprendizaje e incluso su claridad taxonómica y secuencial del tipo socrático. La preocupación del profesorado ante la llegada, consolidación, pervivencia y gestión de las emociones en el aula ha sido una constante a lo largo de la historia tanto por la exacerbación de algunas emociones, que dificultan el quehacer diario, como por la falta de otras.

Desde la perspectiva educativa, es importante conocer el papel que las emociones desempeñan en los aprendices, dado que las emociones juegan un papel crucial como puente entre la sucesión de acciones demostrativas del funcionamiento metacognitivo y el conocimiento escolar en ciencias. Una mala comprensión de las cuestiones atinentes a la base emocional de la personalidad puede redundar en un peor diseño educativo, en una mala gestión del aula que en muchos casos resulta insoportable para los estudiantes, o en un trastorno de la promoción socioemocional. En este sentido, decomponer y reflexionar sobre situaciones educativas concretas a través de este enfoque se convierte en un verdadero reto para el profesorado de ciencias en general (Ciencia, Física, Química, Biología y la mayoría de sus propuestas) y también para los profesionales que se ocupan de su formación específica e inicial (trabajos y expertos), sin los cuales difícilmente se obtendrá una personalización favorable "simultánea-durante-el-proceso-del-aprendizaje de las distintas dimensiones emocionales: la información explícita, meta-atencional, de los procesos emocionales, la generación de expectativas emocionales positivas y la labor sobre la activación emocional.

1.1. Contextualización del Tema

Durante la primera mitad del siglo XX, el estudio de las emociones quedaba reducido al trabajo de un pequeño grupo de psicólogos, y a pesar de que la teoría de los sentimientos humanos se encontraba en un tono positivista, la tendencia era a estudiar esencialmente al cerebro y no a explorar la actividad de todos aquellos organismos que tenían una existencia y una función propia. Este marco cambia radicalmente a mediados del siglo XX y, especialmente, desde finales de los años noventa, con una explosión interdisciplinaria para estudiar un tema que tradicionalmente se veía como eminentemente individualista.

Desde el ámbito educativo, el grupo más destacado de estudios que explora las emociones del profesorado y del alumnado en el ámbito específico de las ciencias lo encontramos en el ámbito de la Didáctica de las Ciencias Experimentales (DCE), con varias investigaciones generadas por el Grupo de colaboración e Innovación Educativa en Didáctica de las Ciencias Experimentales (GICE) de la Universidad de Vigo. Desde una perspectiva científica más general, la Neurociencia del Aprendizaje y la Memoria contribuye a conocer cómo se generan y procesan las emociones. El estudio de las emociones, hasta hace muy poco, se vincula dentro del grupo de trabajo vinculado a un área de las ciencias físicas y naturales.

El tema relevante de estudio es determinar cómo son las emociones que están presentes en los ambientes de aprendizaje, tanto de instrucción formal e informal, de las ciencias experimentales. Despierta en la actualidad gran interés en el ámbito nacional e internacional en el campo de la didáctica de las ciencias experimentales, así como en otras disciplinas científicas donde una de sus líneas de investigación es el estudio de las emociones en el contexto educativo.

2. Emociones y Procesos Cognitivos


Las ciencias deben enseñarse teniendo presente a todo el alumnado en su conjunto y no únicamente los contenidos que conllevan. Cada persona posee una forma particular de entender la realidad y de enfrentarse a ella. Según las experiencias sensoriales que se suceden en cada momento en su vida, el ser humano va estableciendo conexiones y categorías, llegando a construir una serie de estructuras mentales únicas a las que se les denomina esquemas. Un esquema es un conjunto de ideas que un individuo ha aprendido y que le permiten entender y resolver situaciones concretas. Estos esquemas guían el pensamiento del ser humano y su cognición en todos los ámbitos de su vida.

El mantenimiento en los centros educativos de metodologías basadas en compartir conocimientos, con las metodologías de enseñanza de carácter más tradicional (como por ejemplo: lecciones magistrales, exposiciones de los/las docentes, clases puramente teóricas...) o que fomentan en exclusiva la competición entre el alumnado, puede y de hecho está provocando un desinterés y, a veces, incluso el rechazo del alumnado a las ciencias y disciplinas asociadas de carácter experimental. Se está enseñando a la juventud a memorizar, a repetir y a competir, y no a razonar, a analizar, a sintetizar y a disfrutar de la belleza de todo el entorno que nos rodea. Es por ello que algunas obras manifiestan que la brecha entre científicos y no científicos es cada vez mayor, llegando a veces a convertir un conocimiento cada vez mayor de la realidad natural a las personas que - en general - no pueden disfrutar de él.

2.1. Interacción entre Emociones y Cognición


A. C. Mestas ha señalado que todos estos modelos coinciden en una ventana general de sensibilidad. Por modelo de atención, inteligencia o vía neuronal señalamos un número limitado de objetos significativos de nuestra consciencia. Todas nuestras capacidades cognitivo-intelectuales son, por tanto, destrezas complejas basadas en la improvisación y ancladas en un gran número de procedimientos sencillos del ámbito de la consciencia. Hasta tal punto esto ocurre que puede darse el hecho de que nuestro cerebro baje la velocidad para que algo superficial no llegue a ser detectado por la conciencia. Este hecho, que se conoce como efecto de la ignorancia ciega, significa que, por ejemplo, si apareciese una luz en el punto central de un ordenador durante un centésimo de segundo, la persona que está observando esta pantalla nunca sería capaz de detectar esa luz. Lo que se recoge de este hecho es que solo una correlación entre los elementos de consciencia y su significado puede atraer la atención y hacer que se conviertan en códigos neurobiológicos con capacidad de afectar a la memoria y al comportamiento.

Según lo que señala la teoría del sustrato dual de la conciencia, o teoría de la conciencia que surge en el siglo XIX y me remito de forma más específica a la defendida por Sigmund Freud desde su teoría psicoanalítica, las emociones emergen de forma automática por encima de procesos de cognición. A partir de este argumento, Michael Posner en su modelo de atención ha señalado que hay dos grandes redes cerebrales: el sistema cognitivo, que está controlado por los lóbulos frontales, y el sistema afectivo, que está relacionado con estructuras cerebrales como el amígdala y el núcleo estriado. Esto, sin embargo, choca con otros modelos mucho más recientes, como el modelo de atención que desarrolla Antonio M. Battro, así como con la teoría de las inteligencias múltiples propuesta por Howard Gardner.

3. Importancia de las Emociones en la Enseñanza de las Ciencias

Una buena demostración de esta estrecha relación entre emoción y aprendizaje nos la dan las transferencias que, por un lado, podemos establecer entre las teorías clásicas de la emoción (de los filósofos griegos a los teóricos contemporáneos) y, por el otro, las teorías del aprendizaje. Si, tal y como expresaran Aristóteles y Confucio, la educación es un proceso que procura formar a un ser humano competente para actuar, con todos sus sentidos y facultades en plena posesión, y por ende, feliz; mientras que en la concepción mecanicista, la enseñanza es el proceso conceptual que evalúa el dominio de un conjunto de habilidades pautadas, este énfasis en el dominio instrumental arrincona en un segundo plano los sentimientos y las emociones, características del reduccionismo ambiental e inmanente de la concepción mecanicista, centrada en la sílaba concreta y carente de significado del modelo físico-te.

Hay numerosos estudios relacionados con la emoción y el aprendizaje que abarcan distintos campos del conocimiento, aunque ninguno en exclusiva, ya que se trata de un fenómeno complejo y multidimensional que afecta a diferentes niveles del organismo. De hecho, se ha comprobado que muchos de los paradigmas útiles para explicar la neurobiología de la emoción provienen de los campos ya consagrados de la neurobiología del aprendizaje y la memoria, cuya relación con las ciencias experimentales es más que directa. No sólo existe una secuencia temporal en la que históricamente el papel de las emociones ha ido siendo reconocido en algunos de aspectos de mayor importancia en el aprendizaje experimental (distingue, por ejemplo, la historia de Descartes de la psicología y de la educación), sino que supone además una perspectiva revolucionaria que afecta directamente a la concepción, diseño y práctica docente y a las estrategias y programas de aprendizaje ya que las emociones, el estado afectivo del individuo influyen de una manera muy significativa en todos y cada uno de los ámbitos de su vida.

3.1. Motivación y Aprendizaje

Un buen ejemplo de ello, y de por qué este estudio trata sobre emociones, inteligencia emocional, evaluación y mejora de explicaciones es la administración de contingencias, tema de numerosas investigaciones y tesis doctorales – elaborada por lo general en ámbito experimental– por la elevada efectividad que posee, es decir, las claras evidencias de enseñar a detectar, gestionar o seleccionar estrategias en relación con la naturaleza competitiva, social, cooperativa, amenazante o agradable de un determinado contexto o tarea". Dicho en palabras de Dörnyei y Ushioda (2011), el papel de las investigaciones sería, por un lado, proveer a los docentes con la información necesaria para poder preparar y/o crear actividades idóneas para generar determinados estímulos y llevar a los alumnos a experimentar ciertas emociones conducentes a la motivación y, por ende, al aprendizaje. Pero sobre todo, tendrían que ayudarles a ser conscientes de la posible incidencia de sus propias emociones en la relación con sus alumnos a lo largo de las actividades de clase.

El cerebro de los humanos está preconfigurado para atender a la información que lleva emoción, más que a la que no la lleva, lo que se conoce actualmente en los círculos científicos con el omnipresente y fácilmente recordado término de "efecto emocional". Dentro de las emociones, es importante no sólo la posibilidad de predecir bien, sino de hacerlo mejor que los demás... al menos cada vez que nos encontremos inmersos en la competición vital. Los bad times permiten tomar conciencia de lo que puede resultar amenazante para no volver a exponerse a ello. Por ello, la inteligencia emocional es especialmente importante en aquellos entornos que requieran trabajos forzosamente cooperativos, sociales o competitivos, puesto que al discriminar la información que debe atenderse y la que no, se logra un mejor procedimiento.

4. Estrategias para la Gestión de Emociones en el Aula

En general, en la bibliografía nos recomiendan ser conscientes de las emociones de los estudiantes y les ayudan a discriminarlas en función de la situación. Por tanto, es necesario generar un clima de aula que garantice el trabajo conjunto y fomente un sentimiento de pertenencia al grupo. Así como, la socialización de las experiencias personales, educativas y profesionales; la exteriorización de los errores como parte del aprendizaje; el replanteamiento de los conflictos individuales y grupales, generando procesos de comprensión, aceptación y toma de decisiones; la importancia de conectar con los intereses personales y de grupo; y explicar el porqué de las tareas y de las nuevas ideas. También es relevante habilitar mecanismos de autocontrol (optimismo y superación de fracasos y frustraciones) y generación de auto motivación; compartir experiencias educativas y profesionales; y entrenar a los estudiantes en diferentes aspectos de la toma de decisiones: en el planteamiento de los problemas y en la generación y selección de ideas.

Incluimos la mayoría de las estrategias publicadas por los distintos autores para gestionar las emociones en el aula. Es evidente que no todas las estrategias recogidas nos aportaron ideas novedosas. Muchas de ellas suponen actuaciones habituales en nuestros centros, son sentidas por los lectores como actuaciones lógicas, y no requieren de una elaboración ni de una planificación especial; de todas formas, incluimos todas las estrategias publicadas pues hemos de acompañar las sugerencias más específicas con un marco de ideas generales que las avale, reflejando la complejidad del abordaje de las emociones en el aula y del reconocimiento de la variedad particular del alumnado. El apartado ofrece, también, orientaciones para desarrollar un currículum afectivo para nuestras clases de ciencias.

4.1. Autoconciencia Emocional

Todo esto, en el contexto educativo, resulta crucial, ya que en la labor docente diaria resulta fundamental el manejo de la propia emoción con el fin de gestionar tanto nuestras emociones negativas (frustración, ira, disgusto...) como las positivas (satisfacción excesiva, euforia). Por otro lado, nos permitiría dirigirlas, ya que podemos ser conscientes de lo que sentimos y por qué lo sentimos, a la vez que decidir sobre el grado de intensidad y duración de las mismas. Además, la autoconciencia emocional permite aprender directamente de las emociones, identificando a partir de las sensaciones que presentamos el origen de estas emociones. ¿Por qué surge esta sensación? ¿Quiere decir que necesito tal cosa? Mediante este aprendizaje de cómo nos afectan los estímulos y los diarios errores en suponer qué cosas provocan las emociones, podríamos llegar al autoconocimiento sobre cuáles son los elementos que nos influyen negativamente, pudiendo llegar a planificar medidas o procedimientos específicos para evitarlo, permitiendo un control indirecto acerca de aquello que podemos cambiar.

La actividad emocional y fisiológica no es completamente consciente, de manera que estamos en disposición de cambiar nuestra atención a estímulos diferentes y considerar otras opciones antes que la respuesta automática instaurada por nuestras emociones. Estos aspectos contribuyen en gran medida a que la autoconciencia emocional sea un factor esencial para la buena toma de decisiones en el aula (Gardner, Csikszentmihalyi y Damon, 2001).

Uno de los descubrimientos de la investigación neuroendocrina en relación con la emoción más interesantes ha sido la de que diversas emociones se pueden manifestar en la misma configuración neuroendocrina (LeDoux, 1996). Si bien cada emoción desencadena unos cambios en la actividad neuroendocrina (presión sanguínea, flujo sanguíneo al corazón o músculo esquelético, secreciones gastrointestinales y renales) específicos, la adrenalina es una de las principales hormonas segregadas en las situaciones que provocan la sensación de emoción.

La competencia de autoconciencia emocional hace referencia al reconocimiento y comprensión de nuestros estados de ánimo, sus causas y los valores presentes en ellos. Según Mayer y Salovey (1997), la principal fuente de ello son los síntomas corporales (hormigueo, pies fríos...), así como el conocimiento de los sucesos externos que desencadenan los sentimientos, incluyendo el autoconocimiento de los cambios fisiológicos.

5. Estudios Empíricos sobre Emociones en la Enseñanza de las Ciencias

El interés por incluir las emociones en la enseñanza de las ciencias experimentales se ha incrementado por el valor cognitivo que entrañan para el aprendizaje. De ahí que el interés por estudiar aspectos emocionales en la enseñanza se haya ido incrementando en los últimos años. Ya en 2001 Eilam y Aharon publicaban un trabajo con el objetivo de ofrecer soluciones pedagógicas y didácticas concretas que abordaran aspectos emocionales. A partir de ese momento, han ido sucediéndose múltiples investigaciones. Ahí está el trabajo de Gano-Overway et al. quien llevaron a cabo un estudio exploratorio acerca del contenido de las emociones experimentadas por los estudiantes en una clase de Educación Física, y sobre las estrategias para prevenirlas o manejarlas por parte de los profesores.

El interés por incluir las emociones en la enseñanza de las ciencias experimentales se ha incrementado por el valor cognitivo que entrañan para el aprendizaje. En este sentido, diferentes estudios revelan que el tratamiento de las emociones puede servir de estímulo e influir en la organización y retención de conocimientos, y en su posterior aplicación. En este sentido, las emociones no deben verse únicamente como obstáculos que impiden o dificultan el aprendizaje, sino que pueden ayudar a las personas a priorizar. Podrían ser utilizadas como indicadoras del nivel de interés que suscita una materia, lo que estaría relacionado con la atención, la persistencia, la profundidad del procesamiento, la memoria a largo plazo y los procesos estratégicos que guían el aprendizaje. Todo ello, sin olvidar que el aprendizaje de la ciencia y, específicamente, del desarrollo del pensamiento científico puede resultar intrínsecamente motivante para el alumnado. Así, cuando los estudios han situado a los estudiantes en un alto nivel de aprendizaje destinado a fomentar la comprensión, han constatado menos amenaza emocional y mayor efecto motivador en comparación con el bajo nivel de aprendizaje para la memorización y reproducción de la información.

5.1. Metodologías de Investigación

Una de las soluciones propuestas para subsanar este problema de carácter metodológico por algunos autores (Andrade, 2009) es estudiar el impacto experimental de las emociones en el aprendizaje en entornos no universitarios; por ejemplo, en otras etapas del sistema educativo. Otra solución es tratar de controlar el máximo número posible de variables en el diseño del estudio (i.e.: aprendizaje mnemónico y comprensivo, control del nivel previo de los estudiantes...) o valorar en qué situación emocional se produce el aprendizaje significativo analógico con el aprendizaje informativo, donde la variable que influiría no sólo en interés antes del aprendizaje sino también en la variable conductual llamada "sensación de conflicto de expectativa". Asimismo, Amar & Salomon (2006) proponen superar el estudio experimental del aprendizaje concreto por el aprendizaje compensatorio, de forma que se varíe alguna variable ya alterada por el aprendizaje específico diseñando un modelo adecuado de lo que se considera disponible para el aprendizaje integrando en este modelo los intereses y emociones de los estudiantes (Mayer, 2002). Sin embargo, como Andrade (2009) apuntaba, la metodología experimental para estudiar el impacto emocional de las tareas de aprendizaje no logra aclarar cuáles son las condiciones emocionales necesarias para desencadenar la enseñanza-aprendizaje efectivo.

Kins, Aizikovitsh-Udi (2010), identifica, en su revisión sobre la calidad de los estudios publicados entre 1999 y 2008, que el 75% de ellos carecía de rigor científico (utilizaban metodologías de tipo predictivo, descriptivo o casi experimentales) no existiendo ni una sola muestra de una metodología de tipo verdaderamente experimental en el estudio del impacto de las emociones en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Sin embargo, como afirman Baram (2009) y Cabanach y Sánchez-Ruiz (2009), el hecho de que estos estudios no se estén llevando a cabo correctamente, no implica la inexistencia del impacto emocional sobre el aprendizaje. Estos son los factores que pueden explicar la ausencia de estudios experimentales: 1) Dificultad de carácter metodológico para llevar a cabo este tipo de investigaciones, ya que hay numerosas variables (psicológicas, ambientales, didácticas, socioculturales...) implicadas simultáneamente en el proceso de aprendizaje que influyen en el impacto de las emociones en el proceso de enseñanza. Por lo que el control de todas ellas es realmente complicado.

6. Aplicaciones Prácticas en el Aula

Lomov se ocupa de las cuestiones orgánicas dendríticas acerca de las observaciones que generalmente no encuentran respuesta en el marco de los métodos cuantitativos. Dentro de este estado de cosas están los diversos procesos emocionales a través de los cuales se manifiestan el estado del medio ambiente; el grado y detección del estado real del organismo (urtupe, g., 1962) como lo atestigua de su estado posible en función de las condiciones de intercambio energético (ertmsen, 1939, 1940) que genera el contexto en función de los procesos biológicos basales que en él se producen. Los procesos emocionales como el amor o la angustia, sin embargo, escapan de las investigaciones sobre los comportamientos aislados, ya que se evidencian como ejes en el proceso de cambio biológico del organismo.

Cuestión desde que a principios del siglo XX surgió dentro de la psicología experimental la gestalt de la nueva corriente psicológica. Desde el primer momento los investigadores de la gestalt se mostraron partidarios de considerar las emociones como un objeto idóneo de su estudio. Las emociones tienen su expresión neurovegetativa a través del sistema autónomo, cuyos cambios se reflejan en numerosas manifestaciones visibles. Por otra parte, la participación de las emociones en la memoria y sobre todo en la asociación de ideas, ha sido objeto de debates durante muchos años, siendo en la actualidad uno de los campos más activos en investigación de la psicología experimental. Según el procesamiento que hagan los sujetos de esa información, se generarán unas ideas (conceptos, leyes, teorías) u otras acerca del mundo que tú sobres una emoción determinada, la cual a su vez influye sobre el procesamiento cognitivo de nueva información.

6.1. Diseño de Actividades Educativas

En general, lo que es emocionante para el aprendiz, capta la atención, influye en el locus de control, aumenta la autoeficacia y la disposición para el aprendizaje autónomo. En el caso de enseñar conceptos carentes de una gran significatividad emocional, es preciso crear escenarios que les dote de un perfil emocional o al menos, de interés para el estudiante. Por ejemplo, algunos profesores han utilizado el recurso de personajes ficticios míticos o reales para describir procesos químicos constituyendo, por ejemplo, en la historia los diferentes átomos y/o iones, las conexiones o relaciones entre ellos, y en cómo a partir de este "mundo de los átomos" se puede formar y transformar la materia. Si se hace de forma correcta, los estudiantes no verán la asignatura como un mero trabajo operativo de estudio y memorización, sino que serán capaces de ver la utilidad del contenido científico emocionante a alcanzar. Sería dar un sentido a los contenidos.

Además de lo comentado anteriormente, docentes y estudiantes deben esforzarse en diseñar actividades educativas con un perfil emocional adecuado. Ejemplos de ello son las demostraciones experimentales, siempre que estén bien planteadas y situadas cerca de los estudiantes. Se ha observado que los estudiantes se sienten motivados, más implicados en el aprendizaje y con un grado de activación superior. La realización en laboratorio de experiencias prácticas investigativas que posean un fuerte carácter emocional puede influir favorablemente en el alumnado desde un punto de vista motivacional, cognitivo y actitudinal. Las actividades diseñadas para potenciar sentimientos de asombro o admiración suelen ser muy poderosas en el establecimiento de conexiones de los contenidos conceptuales tratados, ya que tienden a permanecer en la memoria del alumnado durante mucho tiempo.

7. Desafíos y Futuras Direcciones de Investigación

Desde el punto de vista de la didáctica y enseñanza de las ciencias experimentales, la puesta en marcha de estrategias prácticas que propicien la generación de emociones positivas entre el alumnado y la disminución de las negativas es un reto educativo y social. Es por ello que a continuación se puntualizan algunas ideas para ser tenidas en cuenta tanto en la formación del futuro profesorado como para el profesorado que está en activo. Así, se hace referencia a todo lo que rodea el design thinking de una buena sesión científica y cada una de sus fases, siendo consciente que en la primera vez tendrás que diseñar la sesión sin problemas. Las fases que expondremos a continuación tendrán que ser una destreza mental a adquirir a largo plazo.

Relajación y distracción. Por otra parte, aunque el miedo en su justa medida dota a la persona de un punto de alerta que a veces es necesario, su exageración desencadenará su activación perjudicial en el proceso enseñanza/aprendizaje. En ocasiones, los errores de los estudiantes son causados por la presencia del miedo. Así, el análisis de los aspectos emocionales negativos relacionados con los diferentes componentes del proceso enseñanza/aprendizaje mostró que algunos de los factores que predisponen a los estudiantes hacia el miedo, ansiedad y preocupación relacionados con el proceso de aprendizaje son: (1) la valoración del aprendizaje por encima de la aprobación, (2) la valoración externa y socioemocional del aprendizaje, (3) la interacción entre compañeros de estudio, (4) situaciones de evaluación estresantes o inciertas, (5) la culpa y el deseo de agradar, (6) la amenaza a la identidad social, y (7) estereotipos negativos en relación con su grupo de pertenencia y en función de las expectativas sobre el aprendizaje.

7.1. Integración de la Educación Socioemocional

Por ello, es relevante que todo el alumnado hoyidos no solo la información del contenido científico sobre el papel que juegan las emociones en su desarrollo personal e intelectual, sino igualmente, que propendan por la generación de espacios de aprendizaje, investigación y aplicación de proyectos asociados a la Inteligencia Emocional para la vida en sociedad, con base en investigaciones e interpelaciones vinculadas a la propuesta curricular de formación en persona. Construcción de la realidad personal y generación de tener un proyecto de vida. Estos dos factores influyen directamente en la autonomía, autorregulación y regulación personal. Trayendo consigo este último, consecuencias importantes desde el punto de vista emocional: altos niveles de satisfacción/aprendizaje y bajos niveles de ansiedad.

No podemos desligar los logros de las IES de la construcción emocional de estudios, docentes, investigadores y ciudadanos. Lo anterior, no se entiende si no se propende por la consolidación de programas de educación socioemocional que ayuden en la regulación de las emociones, pero dichos programas deben ser validados científicamente a partir del componente emocional de todo fenómeno de estudio, la observación y exploración del alumnado, las estrategias docente, el establecimiento de normas, la aplicación de límites, entre otras, las cuales se ajustarán a la propuesta educativa y divulgativa relacionada con cada uno de los proyectos de vida adscritos y las diferentes dimensiones del ser.

8. Conclusiones

El resto de sugerencias se refieren al impacto de variables psicológicas en relación con las emociones, emociones que pueden favorecer o perjudicar el aprendizaje, la enseñanza o la evaluación. Y en esto tenemos mucho que decir desde las Ciencias de la Educación, sobre todo desde las ramas de la Psicología. Algunas de estas líneas de trabajo ya se han esbozado en este artículo (el ejemplo más claro es la Educación emocional), pero se hace necesario continuar profundizando en todas y cada una de las variables psicológicas que están relacionadas con las emociones para generar conocimiento válido y mejorar la formación de nuestros estudiantes (estudiantes que se convertirán en nuestros futuros profesionales, fieles a la idea del Premio Nobel H. A. Simon: "Aprender es el proceder más importante de la vida de un profesor.").

Facilitar el aprendizaje en ciencias usando la emoción como elemento motivador y favorable al proceso de aprendizaje nos implica adoptar un enfoque constructivista que considere la influencia de la emoción en los procesos implícitos de modificación de conocimientos. Esto sugiere también la conveniencia de trabajar con metodologías más amenas. Un ejemplo de ello puede ser acudir a la ley de la Aviación Cotilla, además de otorgar un carácter más lúdico a las clases. Ambas recomendaciones se pueden llevar a cabo mediante la utilización de prácticas o actividades de laboratorio y, en general, las actividades o propuestas que se hagan para el alumnado, pero sin desvincular dichas prácticas de los contenidos conceptuales que se quieran tratar. En una palabra, la influencia de la emoción no debe despreciarse en los procesos de enseñanza y menos en la de las ciencias. La atención a diversos aspectos psicológicos con poca o nula presencia en la instrucción habitual, así como una mayor formación del profesorado en estas facetas podrían contribuir a un mejor aprendizaje de nuestra disciplina. Y como se ha destacado, un aprendizaje en ciencias que se presente como un proceso intelectualmente apasionante: Cognitive becomes affective.

8.1. Síntesis de los Hallazgos

Desde una perspectiva ética del desarrollo moral del individuo socializado de la Educación Cívica, la Educación para la Salud, la Educación Ambiental, Urbana y Rural, la Educación Afectiva de los sentimientos altruistas; la Educación para la Familia, la Educación para el Ocio y la Cultura del Tiempo Libre y la Educación Socio-Profesional; la Educación para la Propia Vida en la Teoría de la Educación Emocional tal deber. Estos instrumentos facilitan la autoexpresión emocional, el afecto positivo entre los individuos, el desarrollo de la inteligencia emocional y, especialmente, la gestión emocional individual y social. En la educación de los sentimientos altruistas, ofrecen también técnicas instrumentales (programar metas altruistas; controlar la evaluación y premiación de las metas altruistas; preferir autorecompensas altruistas, suprimir autopremios auto-egoístas y facilitar la respuesta fisiológica corporal periférica que acompaña los afectos altruistas desde la infancia) y algunos modos limitados de autorregulación (aumentar la autoatención, controlar ciertos hábitos y estados cambiantes y atribuir el altruismo intra e interpersonal interno). Goleman define la Inteligencia Emocional como la habilidad para reconocer, comprender y manejar las emociones propias, y para reconocer, comprender y manejar las de los demás de forma adaptativa y constructiva.

En la presente revisión de estudios que intentan esclarecer el papel de las emociones en procesos de enseñanza y aprendizaje del conocimiento científico considerado como óntico, se ha puesto de manifiesto que éstas aparecen ligadas a, o como una manifestación más de, un bien cumplido número de entidades o conceptos. Entre éstos pueden mencionarse la motivación, el interés, la expectación afectiva positiva, la importancia emocional de los contenidos, los controles emocionales de carácter metacognitivo y las emociones que aparecen ligadas a la toma de decisiones en los procesos de adquisición y asimilación de los contenidos. También se han revisado conjuntamente aquellos estudios que sirvieron para desarrollar la Teoría de la Educación Emocional acercándonos a los conceptos, fuentes y funciones y regulación de tales emociones.

9. Referencia bibliográfica revisada

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